Yo soy esa clase de persona que habla hasta con las
plantas, me hago amiga de cualquiera en 5 minutos y una vez que
empiezo no tengo fin. Sin embargo, por muy contradictorio que pueda
parecer, tengo estos dos grandes odios en mi vida: hablar por
teléfono y hablar en un medio de transporte.
Sobre todo esto último. Ya este viajando con mis amigos
o sola, en coche, en avión o en autobús; es algo que no soporto. A
mi lo que me gusta es ponerme los cascos o coger mi libro y ala, a
olvidarme del viajecito, que para mi es la parte más moñazo. Pero
tengo que decir que, sin duda, mi medio de transporte más odiado es
el autobús, donde parece que todo se magnifica como en Gran Hermano,
y donde siempre tienes de compañero de asiento a uno de mis
personajes más odiados:
1.- El que se te duerme encima. Es una persona
totalmente desconocida que se está durmiendo literalmente encima de
ti y te está dejando un surco de babas ¿Cómo no lo vas a odiar?
2.- El que no deja de darte conversación. Si ya he
dicho que no me gusta hablar cuando voy en un autobús, y menos con
gente que no conozco de nada, me resulta muy fácil odiar a esta
persona. Ya no sabes que cara poner para indicarle con amabilidad y
buen gusto que se calle de una fruta vez.
3.- El que ronca. Lo odio yo y lo odia todo el autobús.
4.- El que no deja de levantarse. Para ir al baño, para
quitarse la chaqueta, para ponérsela, para coger la mochila, para
guardarla, para ir al baño otra vez... Cada 5 minutos ¿En serio?
Llevamos 20 minutos de viaje y faltan 4 horas, va a ser muy fácil
odiarte si sigues así todo el viaje.
5.- El que te odia por haberte sentado a su lado. Ese
momento incomodo en el que te paseas por todo el autobús con la
esperanza de encontrar algún asiento de 2 que esté libre, pero no
hay. Terminas pidiéndole a alguien que quite su mochila porque te
vas a sentar tú, no te queda otra. La persona la quita, pero con
cara de pocos amigos. Aquí el odio es mutuo.
6.- El que mira por encima de tu hombro si estas leyendo
o con el portátil. Cómo el que lee el periódico encima de tu
hombro en el metro, que pesadilla de tío. Tengo que reconocer que si
alguien está viendo una película en un portátil y entra en mi
rango de visión, yo soy de las que no puede evitar mirar. Si yo
fuera tu me odiaría.
7.- El que se pone a comer naranjas o bocadillos de
chorizo o en general algo que impregne todo el autobús de olor. Una
vez más, todos odiamos a ese tío.
8.- Los dos pesados de detrás que no se callan en todo
el viaje. Ni tu mp3 es capaz de silenciarlos.
9.- El de detrás que no deja de dar patadas en tu
asiento. Que te pide perdón, por supuesto, pero 10 minutos después
te da otra patada. Esto es así.
10.- El que echa el asiento para atrás a sus anchas
aplastándote sin ningún miramiento. Mmm ¿Hola?, ¿Sabes que hay
vida detrás de ti?
Desde luego me ha pasado de todo viajando en general,
pero mis historias en autobús son dignas de cámara oculta. Un día
tengo que hacer un top 5.
Aunque, pase lo que pase, nunca podré dejar de
preguntarme: Si el autobús va prácticamente vacío ¿Por qué
siempre hay alguien que tiene que sentarse a mi lado?
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