Ir a una academia, ver películas en
versión original, trabajar con gente nativa, leer el periódico
local... formas de mejorar y practicar un idioma hay muchas. Una de
las que más interesantes me resultan es lo que popularmente se
conoce como “hacer tándem”.
Muchos ya sabréis en que consiste. Es
una especie de trato que se hace con una persona que habla el idioma
que tú quieres practicar y esta persona, al mismo tiempo, tiene
interés en practicar el idioma que tú hablas. Es una situación de
Quid pro Quo o “win-win situation”, es decir, yo te ayudo a ti y
tu me ayudas a mi. Por ejemplo:
Un momento tan bueno como cualquier
otro para demostrar mis grandes habilidades con el Paint. Pero bueno,
el mensaje se entiende. La idea es reunirse a menudo con la otra
persona en una cafetería, en un parque o donde sea, y charlar. En mi
opinión, hacer tándem no sirve para aprender un idioma desde 0.
Creo que es necesario tener una mínima base en el idioma que se
quiere practicar porque sino va a ser imposible que la comunicación
fluya. Por supuesto se puede intentar, pero el esfuerzo y dificultad
de mantener ese tándem sería mucho mayor. Siempre será mejor tener
al menos una ligera idea. Yo recomiendo, además, seguir siempre una
pauta para tomárselo un poco más en serio; como por ejemplo hablar
30 minutos en un idioma y otros 30 en el otro, hacer “los 10
minutos relámpago” en los que os corrijáis absolutamente cada
palabra o elegir un tema y centrarse en el vocabulario de ese tema
exclusivamente. Es bueno estructurar un poco el tándem, pero tampoco
hay que tomárselo como una clase, es mucho más espontaneo y
natural. Algo que yo hacía también bastante a menudo con mis amigos
era mantener conversaciones en dos idiomas al mismo tiempo. Por
ejemplo, cada uno hablaba en su lengua nativa, en mi caso en español,
y si mi amigo era de Estados Unidos pues me respondía en inglés;
teníamos que estar pendientes de ver si nuestra conversación tenía
coherencia o no. O también si yo sólo hablaba en inglés pues la
otra persona me respondía sólo en español y así practicábamos.
Parece un poco caótico, pero la verdad es que ayuda mucho a mejorar
la comprensión.
Lo estupendo de los tándems es que son
muy fáciles de encontrar, porque hay mucha gente a la que les
resultan útiles e interesantes. Por tanto si no conoces personas
nativas para practicar, pero te gustaría conocerlas, es bastante
sencillo. Por supuesto depende siempre de donde vivas, pero en la
mayoría de las ciudades hay varios medios. Lo más fácil es ir a
los “bares internacionales” o “bares erasmus”, muchos de los
cuales ya organizan días especiales para hacer tándem precisamente.
Es muy sencillo que de aquí salgas con algún compañero de idiomas,
por así decirlo. Y sino, también está la típica página web de
anuncios clasificados que suelen tener la mayoría de las ciudades.
Sólo tienes que poner un pequeño anuncio, diciendo qué es lo que
estás buscando, y esperar. Con estos dos sistemas yo siempre he
encontrado compañeros estupendos de tándem, algunos de los cuales
se han convertido en amigos míos. Pero también tengo que decir que
hay que ser muy claro en el anuncio con respecto a lo que estás
buscando, porque a pesar de que yo siempre lo dejaba muy claro todo,
he tenido más de una respuesta un tanto “peculiar” ¡No queremos
sorpresas!
Aunque, pase lo que pase, nunca podré
dejar de preguntarme: ¿Habrá tantos Pierres en Francia como Josés
en España?
No hay comentarios:
Publicar un comentario